El cerebro de las computadoras podrá fabricarse a partir de bolsas hechas de sustrato de aluminio, sustituto del silicón; con ello abarata los costos para producir y comprarlas.
Redaccion.- Desperdicios como las envolturas de papas fritas, o los cartuchos de las máquinas fotocopiadoras, se pueden transformar en materiales para la fabricación de circuitos electrónicos o microchips, reveló un joven científico.
El descubrimiento fue hecho por Brian Hubert, aspirante a doctor en Ingeniería en Matemáticas por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y podría ahorrar a millones de dólares a los fabricantes de microprocesadores.
Hubert encontró que las bolsas de papas fritas, fabricadas con sustrato de aluminio, pueden servir como sustituto del silicón, material empleado en la fabricación de microchips (el cerebro de las computadoras). También descubrió aplicaciones para los residuos químicos de los cartuchos desechables de las máquinas fotocopiadoras, elaborados a base de polímeros de carbón, que pueden ser transformados en materia prima para la producción de circuitos electrónicos. Las propiedades de las envolturas de papas fritas tendrán una enorme importancia en la industria de la fabricación de equipo de cómputo, porque el sustrato de aluminio sirve además para ampliar la memoria virtual de las cámaras fotográficas digitales.
El creador de la “tecnología de las bolsitas-chip”, quien es compositor y pianista en sus ratos libres, muestra sus proyectos y descubrimientos en su sitio personal de internet llamado “Laboratorio del MIT, cómo construir (casi) todo”. En la búsqueda por encontrar alternativas para disminuir costos y hacer más eficiente y duradera la memoria virtual de las computadoras, las investigaciones de Hubert representan un gran adelanto para producir “superconductores” a un costo mucho menor.
Por décadas, la meta de la industria de la tecnología ha sido encontrar nuevas formas de producir “superconductores” que permitan ahorrar energía eléctrica. Los nuevos medios de transmisión de información servirán también para producir movimientos magnéticos y formas de propulsión bajo el agua para barcos y submarinos.
Los hallazgos de Hubert abren la puerta a infinitas aplicaciones en otras industrias, como la de los electrodomésticos. En unos años será posible agilizar el recorrido de la electricidad de la planta generadora a la computadora personal o al tostador.
El resultado de estas investigaciones puede ser revolucionario porque permitirá que la electricidad viaje por un conductor en menos tiempo, lo cual abarataría tremendamente los costos de llevar electricidad a las ciudades.